martes, mayo 20, 2008

Lo que pasa después de lo que queda

Al principio estaba el furor por el internet, pero eso se acabó junto con los 90. Empezadito el nuevo milenio sentí que eso ya no era divertido, y casi como guardando luto por la muerte del Napster, dejé las computadoras de lado y me dediqué a otras actividades papamoscas variadas. Tan así fue, que de entonces y hasta la mitad de la carrera mi relación con ellas se manejaba sólo en tres niveles: escribir tareas, googlear las tareas que me daban hueva para hacerlas parecer escritas por mí y jugar solitarios para evadirme de los dos niveles anteriores. Nada más. Luego vino el blog, y vino justo mientras buscaba algún trabajo hecho para no hacerlo yo. Por ese tiempo, además, me conseguí una beca-de-infierno para trabajar en la universidad a cambio de cacahuates, sonrisas y un cheque-insulto que me puso de nuevo frente a la computadora todas las mañanas de todos los días. Lo nuestro, eso terminado en los 90, volvió a comenzar.

El blog era grandioso en sus (y quiero decir, claro, nuestros) inicios. Ya no lo es.

Si me pongo a pensar en esto es porque cuando le enseñé a Carolina el twitter me dijo "pero es como para gente que se la pasa en la computadora" con el mismo desdén con el que me dijo que esa mamada qué cuando le enseñé el blog.

El twitter me deja ese gusto a buena y vana diversión mientras paso todas las horas que paso, y de cualquier forma pasaría, en la computadora, como antes el blog. Tiene ese saborcito a inmediatez, a sinceridad, a simpleza, a estarlo pasando bien.

Sí, es diferente, cuando empecé con esto estaba segura que nadie lo iba a ver jamás, porque no, qué indignidad. Después algunos amigos conocieron el blog y yo conocí por el blog a algunos amigos. El twitter me viene más como un chiste local, como un buen chiste local que me entretiene, que me da el placer voyeurista inmediato y breve de personas sobre las que hace tiempo sé, que de pronto me emociona, que me nostalgia, como ahora, también.

Este Impecable y Diamantina, que su nombre hermosísimo siempre me lo pareció y es lo único que aún sostengo, me dio personas con las que de otro modo no me iba a topar y que ahora agradezco como lo que más, me dio viajes, encuentros, momentitos breves y momentitos más largos, me dio el placer del drama, me entretuvo y todo lo demás que ahora el twitter, pero, y ni siquiera sé cuando, se acartonó. No quiero decir que se acabó (no sería cierto, además, me conozco, me sé).

No sé si valga contar como nostalgia verdadera esto que me viene hacia los tiempos perdidos en la computadora, este sentimiento ante los años del blog. Tal vez sea sólo esa picazón que se despierta ante la parodia del eterno retorno.


Sé que algo es. Sé que algo hay.


El rey ha muerto.

Que viva el rey.

13 comentarios:

Egoista dijo...

Creo que Eco hubiera hecho dos lecturas sobre tu wallpaper.

Lectura 1: En esta analizan los elementos de manera individual, así que la interpretación quedaría así: las nubes connotan tormentas, el muñequito con los cables rotos indican un corto circuito, la bomba, un ataque de hackers menopausicos y el pajarito nomás mira a la lontananza esperando que el servicio twitter se reanude.

La otra lectura conjunta los elementos y manifiesta que con el mal tiempo, el robot manos de tijera perdió una de sus extremidades misma que fue a dar justo atrás de un pájaro que observa la tijera eléctrica mientras piensa “tssss…y esa mamada qué”

Egoista dijo...

Uyy Napster!!

Todo era perfecto hasta que las niñas de Metallica se quejaron.

Por último digo que los blogs se acartonaron cuando se llenaron de emos y su lenguaje ultrarevolucionado. Con la pena, pero yo aprendí a escribir con el método Sarita, no me acoplo a las nuevas generaciones.

El Homo Rodans dijo...

ay nanita, otra que se nos pela, es verdad que de pronto el furor por el blog se fue apagando, como que una vez satisfecha la curiosidad y las necesidades vouyeristas uno debe alejarse un poco pa' comprobar si realmente causaba el placer inicial.

nos leemos pronto y sí, efectivamente impecable y diamantina es un nombre precioso.

Salvia dijo...

Puede pasar el furor, sin embargo, siempre habrá la necesidad de decir, aunque lo dicho signifique poco o nada. Puedes optar por el siempre fiel cuaderno, el reverso del ticket del súper, incluso el boleto del camión (si lo decible es mínimamente chico), o seguir aquí, en este canal de anónimos con rostros figurados o someramente conocidos...es igual, el caso es el espacio para ordenar las palabras.

Tonto Simón dijo...

A mí me pasó lo mismo, después te das cuenta que no... es que no veas al blog como una euforia, es un recurso. Yo intento volver cada día, exactamente igual que cuando teníamos una libreta de apuntes que de repente olvidábamos en el cajón y pensábamos "mierda, ya no he escrito, tengo que sacarla", nunca fue "la euforia por tener una libreta de apuntes". Moraleja: no te vayas, y menos a lo que esté de moda

Erick dijo...

Me alegra haber encontrado tus letras gracias al blog. Ojalá el futuro te siga trayendo por aquí de vez en vez, por los viejos tiempos. Uno de los mejores que haya visto.

diamandina dijo...

Ehrm, gracias, pero oigan, este, yo no decía que me iba para siempre del blog, nomás decía que ya no es lo que era ya no es lo que era ya no es lo que era. No me corran, mch.

Luis Ricardo dijo...

Suerte que estamos la vieja guardia casi completos.

Cerillo dijo...

Sirvió y mucho, no te quepa la menor duda. Viva el aburrimiento.

Anónimo dijo...

A todo esto ¿Qué es twitter?

Siempre llegando tarde a todo

Exquisita Criatura dijo...

que horror.. pense q te ibas licenciada. primero tirso y su blog retro raro y ahora esto... bueno quieren matarme de un susto? controlense! haganlo por mi!!!

ejem. no puedo evitarlo, perdon.

Tristán dijo...

Sí sí, ya decía yo que qué cosa no había entendido. Qué bueno que no se va usted!!! Un abrazo grande.

Cerillo dijo...

Mientras duran las cosas estan bien