martes, septiembre 30, 2008

¬¬ de la vida misma

Total que con la intervención divina de San Rafael, San Gabriel y San Miguel, sus arcángeles de confianza con los nombres preferidos de ayer y hoy, otra vez fue cumpleaños de mi papá, y ahí estamos festejando el hecho en el jardín cuando llega el momento de las fotos. "Una a nosotras", pido acercándome a Any, media hermana y rubia superior. Clic, hace mi papá con la cámara y observa en la pantallita cómo salió. "No, Nachieli (ajá, yo) salió mal, como con la cara chueca". Se repite todo, pero ahora ya no busco gestos fotogénicos porque no me gustó el veredicto de la anterior. "Ahora sí salió bien", dictamina. "A ver", y tomamos la cámara. Vemos la última: bien, normal. Luego la otra: también la veo bien, o sea, normal. "¿Qué tiene de mal la primera foto?", le pregunto a mi papá. La observa y aclara las dudas

- Pues ve nomás, ¿por qué torciste la cara así?

- Estaba sonriendo

- Ah...

lunes, septiembre 22, 2008

Culpo a todo

Primero Isis que me dice que "nadie en Guadalajara tiene un blog como Diario en el estricto sentido" y yo le digo "¿y el mío?" y ella me dice "no, no, no". Bu, esto es un Esporádico.

Luego Pirer con la de que "han pasado tantas cosas en los dos años que llevamos de conocernos". ¿Tantas cosas? No.

Un buen resumen de casi todo además del bichito: conocí algunas personas bonitas, perdí otras, aunque no tan bonitas de cualquier modo, sufrí dos veces mi gran resfriado anual, pedí la beca de la Fundación, no me la dieron (mrrrg) y usé el dinero que iba a gastar si me la daban en vivir allá en pagarme un viaje al que todavía no me voy pero ya sufro como si hubiera regresado y todo hubiera salido mal (same old me again today).

Ya no voy a Paris sola, pero a cruzar Alemania y hasta Viena sí. Even worse. Todo cambio me parece peor, más amenazante y abrumador. Tal vez no lo es y probablemente ni siquiera me lo parece en realidad. Pero el discurso y la congruencia, por favor.

A veces estoy contenta y a veces no. Todo eso ha cambiado en los últimos dos años. Espera. ¿Todo eso? No. Sigo estando de hueva y eso sigue sin parecerme mal.

Por una parte, se sabe por experiencia, "hay personas tan inmutables que los llegas a odiar, como llegas a odiar el contenido de un ipod nano". Pero la verdadera desgracia: no tengo cable para pasar canciones y esto se aparece como algo imprescindible (tremendeando ando). La canción. No está buena la historia de cómo Space Oddity sabe algo que yo no sé, pero está bueno que lo sepa y que yo sepa que lo sabe.


Cosas por arreglar y listo. Nimiedades, just keep on moving.


Y, básicamente, ya.



Can you hear me, major Tom?

No.

lunes, septiembre 08, 2008

Start spreading the news...

Ante la posibilidad de tener que estar sola en Paris se me vienen encima mis dos años y medio de clases de francés que gasté en aburrirme, pensar "ya me quiero ir, ya me quiero ir, ya me quiero iiir" y de las que sólo aprendí a registrar la palabra "dernier", ante la que salivaba porque fuera lo que fuera, era lo último y no podía estar mal.

En estos momentos y gracias a mi conocimiento con calidad de perro pavloviano (renombremos la cobardía, culpemos) no registro más emociones que el espanto babélico, el horror, la mutilación.

Elegante y distinguida solución al todo: elaboración de listas de los montones de cosas que pueden salir mal. Podrán destruírme pero nunca tomarme por sorpresa.

Mjá.

¿Y zi mejod la pateo?

sábado, septiembre 06, 2008

Sin marinero y sin capitán

fue por una rubia loca
que bailaba sola hasta el amanecer*


A lo mejor está mal hablar de Rayuela, y a lo mejor está mal pensar que está mal hablar de Rayuela y así me puedo ir para atrás para atrás hasta que no pueda ir más lejos y me caiga de espaldas, lo que, se sabe, es la posición más cómoda. Lo sabía, al menos, la tía en dificultades, la tía explicada o no.

En momentos como este ya no me acuerdo por qué está tan mal referir a Cortázar, por qué hay que admirarlo sólo a hurtadillas, y pienso que tal vez es algo que me he impuesto yo, tan encasillada en mi compromiso con lo abstracto. Lo que sí recuerdo y sin talveces en momentos como este es que habemos algunas que nunca seremos La Maga.

Pero, quizá lo sepa y se me va olvidando, desconozco si esto en realidad me importa ahora o es simplemente un hecho que conozco y dejo que se me escurra con los días. No seré nunca La Maga ni seré hermosa ni seré un gato o un perchero brillante y funcional en la esquina del salón. Me importa o no. Voy decidiéndolo con los días que se me escurren. Un día sí, otro menos, después quizá otra vez, ya no lo puedo saber. No soy tu bicho. Lo que hago es ir ocultándolo y ocultándome en disculpas, en estas apologías de mí misma que son tristes tristes y que son todo lo que soy: explicaciones de mis carencias que me entristecen pero no me importan y se lo voy a repetir otra vez.

No soy La Maga ni Hélène y ni siqueira Estefanía, porque al final no tengo ni argumentos ni maravilla para salir victoriosa por una vez en guerras a las que nadie me llama y en las que estoy sólo yo, menudo rival, para vencer.

No perdonamos ser como somos, y yo me conozco, me sé, me he visto, y finalmente eso es lo que duele más.

A nadie voy a engañar.

*Siempre todo lo mío parte del mismo lugar. Mi tristeza, que se siente como un saquito de garbanzos hervidos guardados detrás de las costillas, es la misma tristeza que era la mía hace 5 y 10 y 15 años atrás. Sé que nunca voy a ser La Maga, pero algún día, hoy no, voy a poder sentirme orgullosa de serme tan fiel, tan leal.