domingo, abril 30, 2006

Reconsideraciones generales sobre absolutamente todo lo que una mujer sola puede pensar un domingo a las 5:30 de la mañana después de que al que...

...esperaba nunca llegó


Del vacío de la ausencia al vacío de tu presencia hay una distancia real de catorce pasos dados por un par de pies femeninos de tamaño mayor al promedio, con algunas marcas de heridas y disimuladas deformidades en cada uno de los dedos.

Actualmente se teoriza que la distancia del vacío de la ausencia al vacío de tu presencia se alargaría hasta volverse insondable si fuera recorrida por un par de pies femeninos de tamaño menor al promedio, en perfectas condiciones y con cada uno de los dedos hermosos y delicadamente delineados.

Aunque tiene todas las trazas de cierta, esta teoría aún no está comprobada.


El grado de injerencia que tiene la relatividad en donde uno se ficciona y hace de lo feo metáfora (para que al menos dicho no suene tan mal) es alto.


Con la observación de diferentes casos se ha logrado desmitificar lo relativo de la fealdad y la belleza, conceptos que por mucho tiempo permanecieron sometidos a la idea oscurantista de que todo depende del cristal con que se mira.

Lo feo es feo y lo bello es bello lo mire quien lo mire (el ver a lo uno como lo otro sería, en todo caso, problema del observador) y estas categorías estéticas son el verdadero y único centro alrededor del cual giran distancias, actores, hechos, causas y consecuencias, los que, ahora sí, son totalmente relativos y dependen únicamente del cristal con que se miran o de la vara con que se midan o de cualquier otro dicho popular.


Apostillas:

* Un texto lleno de farronería (pero escrito con corrección) donde uno aglutine (y para esto no hace falta que tenga sentido) las dos o tres ideas que le bailan en la cabeza, es la forma ideal para utilizar palabras que uno siempre ha querido usar pero nunca encuentra momento para hacerlo, como es el caso de "apostillas", "aglutine" y la especialmente bella "fanfarronería", por mencionar algunos ejemplos.

* Habrá cosas que resultarán ciertas en el discurso y verdades involucradas en el proceso de ficcionarse: La distancia comprobada que recorren mis pies del vacío de la ausencia al vacío de tu presencia es de catorce pasos. Reniego de la compañía y sin embargo toda la noche (toda una vida) te estuve esperando. Sabía que no ibas a llegar, pero me quedé porque estoy segura de que uno nunca debe atenerse a sus certezas. Y no llegaste. El vacío de tu ausencia se empalmó con el vacío que dejaron las ganas de tener el vacío de tu presencia y entre tanto hueco yo me voy a caer.Paf.






Bonus especial:

Sin fines de lucro y para evitar que se desperdicie, queda el vacío (de las ganas, de la ausencia, de la presencia, de la relatividad y de todo lo otro que se pueda enumerar) convertido en el pozo de los deseos:

*Que no le llamen pajilla al popote ni mantequilla de maní a la crema de cacahuate nunca jamás.*

jueves, abril 20, 2006

Esto se llama la belleza





No tiene sentido, da miedo, es hermoso, hermosísimo.

domingo, abril 16, 2006

Puedo

En la primaria, entre clases, podíamos escoger entre jugar "pido" o "estuche".

En "pido" tenías que abrir una revista y poner rápido tu dedo sobre la imagen de una persona muy bella. La idea era que no te ganaran a la más bonita de la página.

"Estuche" trataba de intercambiar éste con alguien y sacar tres cosas del que tenías, después regresarlo a su dueño y si él no recordaba qué era lo que le hacía falta tú te lo quedabas. Era simple y predecible, siempre te quitaban tus lápices transparentes de Kitty o tus estampas de Beverly Hills que salían en unos chicles durísimos e incomibles. Nunca nadie tomaba los sacapuntas cuadrados o los borradores rojo/azul.

Hay cosas que uno quiere y cosas que uno no quiere.

Otra cosa es el poder.

Por ejemplo, yo ahora puedo poner aquí que lo peor de todo no es que estoy bien, que (qué riesgo decirlo, qué alocado, soy una chica de extremos) soy feliz, que creo en lo bueno, lo bello y lo verdadero, que no tengo miedo, que todo está en orden, que te amo, que soy fuerte, que no me lastiman, que tengo razones, que lo hago lo mejor que puedo, que lo hice bien; lo peor de todo es que puedo decirlo y lo digo porque es cierto.

Puedo agradecer por todo el año de casi 50 días (algunas cosas duran lo que duran y otras no, duran menos, pero menos es más), las horas, la familia, los cuidados, la paciencia, la comprensión, el pueblo, el golf, el glorioso puesto de copiloto.

Puedo dejarme caer sobre la cursilería sin dolerme del golpe y, por el contrario, disfrutarlo.



Puedo ver que, aunque dure poquitito y mañana otra vez haya mucha tristeza, vale la pena, tiene sentido.

Me encanta el poder.

Me encanta saber que sólo voy pasando por aquí.







Se siente bien ser (estar) feliz.


(así de feliz)


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viernes, abril 07, 2006

Los nonsenses como caramelos con forma de corazones o La tragedia como forma de vida

Duermes siempre tranquilo pero hay veces que despiertas en la madrugada con este angustioso pensamiento (casi revelación): Ahí iba mi última oportunidad.

En el fondo lo sabes (hace falta ser realmente idiota para no, al menos, sospecharlo): pasó durante el día y luego estuvo esperando toda la noche; pero en la superficie (esa superficie tuya taimada por complejos y bien practicada, aunque falsa, estupidez) te convences de que no te diste cuenta. Mejor el sueño y despertar. Ahí iba, carajo, esta noche sí tenía que haberla tomado. Mañana ya no va a estar (la muy putita sensibilera).

Al día siguiente es de nuevo no percatarse de nada. En blanco, son días en blanco (en vano, creo). Elegir el sueño. Despertar: Ahí iba (peor que golpearse con la mesa en un dedito, qué pinche angustia de la madrugada) estoy seguro que esta vez sí ahí iba.

Hasta donde se puede constatar (ahora), todos los días son lo mismo. Todos los días no ha pasado aunque parece que ya la perdiste (pero no). Por ahí está, agazapada.

Hoy sí, hoy sí, apuesto a que hoy sí.

Con ganas de que ya pase la infeliz para apoltronarte agusto en la desesperanza.

Hasta aquí hablo de mí, no de ti.

Tú prefieres el sueño cómodo, tranquilo, las noches completas, el desinterés de si (la muy putita, la infeliz) ya pasó, si la perdiste ya. Prefieres la evasión.

Yo prefiero pasarme las noches esperando a Nadezhna (la que nunca apareció, prefiero despertar), quedarme otro día pensando que todavía puede venir. Al menos me da razones, y son ésas de las que yo necesito más.

Anoche fue otra vez, sentirla y el odio

Ahí va / Ahí va /Ahí / Perderla / La última / Lo que yo necesito más / Pero no viene /La hijadeputa no viene / Lo que yo necesito más

Sentirla y el odio... sentirla y el odio... sentirla... ojos negros, piel canela, que me llegan a desesperar.

domingo, abril 02, 2006