jueves, febrero 21, 2008

El fin de la fiesta

... los que somos tristes llegamos a tomar esa conciencia, entendemos que estamos solos, que todo lo que hagamos por dejar de sentirlo son sólo fiestas para cubrir el silencio. Sin embargo, yo, siendo triste y sabiéndome sola, tengo aún la esperanza puesta en, y es casi la seguridad de que, por justicia, tiene que haber algo más, aunque sea momentáneo, aunque sea de horas, brevísimo, fugaz, un instante terriblemente dulce donde no estemos solos, un instante de hablar, uno que valga por todo el tiempo de vacío, de descontextualización, de sentir que nunca nadie entendió nada. Tiene que haber, al menos la esperanza. Son cosas que te ayudan a vivir.

El presente no lastima, se le vive y nada más, pero de pronto, en alguna tarde desocupada, caen sobre el pecho los recuerdos, lo aplastan, es verdad que algunas veces es más difícil respirar el aire de siempre, el de los días tan acostumbrados a pasar con naturalidad. Todo se detiene.

No me alcanzan los brazos estirados para medir el dolor, no me alcanzan las palabras para lamentar tanto amor desperdiciado.

Es una lástima por la fe y las ganas de creer muertas y enterradas en tierra árida, donde ni los cadáveres florecerán.

Al volverlo a pensar, la idea, de tan triste, de tan inútil, me supera y me impide incluso los intentos por vengar todo lo dicho que demasiado pronto se descompuso, que no sirvió.

No me alcanza la tragedia para cubrir la imposibilidad de que por una vez algo sea verdad.

Invariablemente la fiesta se acaba.

Y tiendo mi luto sobre la honestidad, sobre la fe, sobre el amor, sobre las palabras burladas por la única verdad (que toda otra verdad no es sino un hablar por hablar).

El resto es silencio.

12 comentarios:

Lilián dijo...

Hermoso texto sobre las despedidas. Guau. Aplauso de pie.

Gilmar Ayala Meneses dijo...

[...] enterradas en tierra árida, donde ni los cadáveres florecerán.

Tienes razón, Andrómeda, el presente no suele lastimar tanto como lo hace el cúmulo de recuerdos tan floridos y primaverales que, a la distancia, son el aparente desierto...

Anónimo dijo...

Me has recordado unos versos de Marzal que empienzan:
"Deberías marcharte. La fiesta ha terminado.
Helada y sucia ya se anuncia el alba
con su oscuro cortejo de presagios.
Tendrías que acostarte, huir de este lugar
antes de que la luz te restituya
esa imagen de ti que ya conoces,
indefensa a tus ojos, lastimosa..."

Egoista dijo...

Hablando de fiestas, ¿ya viste que llega Bright Eyes en abril? tambien llegan los Smashing Pumpkins al mismo festival, estaria bueno ir, pero pues no se, yo vivo con la idea de que este año si llega Radiohead o Portishead.

Erick dijo...

Uno sabe que se ha hecho viejo cuando la conciencia de que las cosas van a terminar impide que uno las disfrute.

Love doctor dijo...

Pues, hablando de reven, ven al mío!! Es el viernes!!

Anónimo dijo...

Como siempre impecable!!! Gracias por el dato de Jorge Volpi :D. Y de nuevo ese fragmento de texto de quién es?

Anónimo dijo...

La cara de Jorge Volpi se me pega a la mente como el nombre de Daniela Castro o como el de Sarah Michelle Gellar. La cara de Umberto Eco también, pero todo esto ni tiene que ver, no es por asustarte.

The Coffee Lady dijo...

Nuevamente me dejas sorprendida... este texto transmite tanta tristeza que duele. Lo escrito es tan hermoso que no tengo algo que lo complemente... sólo espero que recuerdes que hay finales necesarios para tener otros principios.

Admiro a sobremanera tu talento.
Admiro tanto silencio.


Un fuerte, fuerte abrazo, Graciela.

isis dijo...

espero que más que tender tu luto sobre la fe o las palabras burladas, ganes el instante.

Ea, graxi floreciente.

Anónimo dijo...

Nunca había entrado a tú blog, pero es genial... definitivamente voy a ser tu asidua lectora. Y cómo dijo el anónimo de quién es el texto que citas?

diamandina dijo...

Lilián, gracias, pero pasa siéntate, un café? galletitas? provechito.

Gilmar, volvió, en forma de fichas, puts, sí, el poder de la perspectiva puede ser un problema, aunque también se le da ser la salvación.

Lear, grandiosos versos te recordé, da gusto. no sé quién es Marzal, pero seguro debería saber, y sabré.

Egoísta, sí, ya vi! ya viste que vienen aquí? ambos! ya, ven, yo te pago el viaje (estoy muy de buenas, tengo barata, deberías aprovecharme) (oferta limitada) (tic tac) (bueno, ya no, bu), pero ven!

Erick, bujú, muy cierto.

Alejandro, sí fui, como habrás notado, diosmío, a ver cuándo otra fiestecita, no? jojo.

Anónimo, gracias, y el texto sí es mío, nomás está en cursivas porque lo tomé de otro lado. autoplagio, que nadie le dice.

Luciana Miranda, dos palabras: leticia calderón.

Coffee, muchas muchas gracias, sabes que la empatía está ahí y que se agradece mucho mucho el aprecio a lo escrito, es valiosísimo. abrazo de vuelta.

Ixi, gracias, espero yo también, valen también mucho las esperanzas de buena vida que vienen de las (y)s como, por ejemplo, tú.

durdana, gracias, es mío. pásele, con confianza, es su blog (o sea, no, pero bueno, la formalidad).