sábado, agosto 14, 2004

Material girl

Hoy, después de 2 años de intachable servicio, falleció mi celular.

Estoy de luto.


Posted by Hello





El lunes compraré otro.

El rey ha muerto... ¡Que viva el Rey!

4 comentarios:

Fusnes H. dijo...

aaaahh, ahora entiendo eso de los mensajes subliminales, a mI me pasan cada vez q me siento, totalmente dopado, frente a la compu. Prometo evitarlo en lo sucesivo (ahora voy a escribir de pie)

Plaqueta dijo...

La muerte de los celulares generalmente es celebrada. Raras veces mueren de golpe, son aparatos que prefieren agonías largas en las que se pierde un sinfín de llamadas y mensajitos en el impalpable limbo-telcel. Uno los odia, detesta que se apaguen sin previo aviso, que se les acabe la batería en menos de un día, que hagan ruidos raros cuando nadie se los solicita, que no tengan señal a menos que te pares en la punta de un rascacielos con un cable de cobre en la mano. Pero todavía sirven, y no se les puede tirar a la basura así nomás. Son como la tía paralítica babeante a la que ni modo porque no hay eutanasia y.
Y mientras tanto, en el aparador, el nuevo-modelo-con-camarita-lucecitas-y-color te seduce. Pero tú estás atado al prehispánico motorola desconchinflado. Ni modo.
Así que, oh, Andrómeda, celebra la brillante perspectiva que tienes enfrente: consumir justificadamente uno de esos productos que, ay, cómo se antoja comprar. Aunque dentro de un mes ya estés odiándolo. Si Cortázar decía lo que decía de los relojes, ¿qué no habrá dicho de los celulares?

Plaqueta dijo...

En vez de "habrá" debería decir "habría". Odio que no se puedan editar los errores en blogs ajenos. *Lloro por cometerlos*. *Soy una correctora de estilo frustrada antes de haberlo intentado siquiera*.

diamandina dijo...

¡Resucitó!
Pese a los buenos pronósticos de Plaqueta sobre el mundo de posibilidades que me ofrecía la muerte de mi celular, sigo atada a él.
Parece que con el tiempo terminó por secarse (había muerto ahogado en un río) y una mañana se encendió de pronto y no ha vuelto a apagarse... ya se verá luego cual será su destino, por lo pronto ¡resucitó!