Hola, me llamo Graciela. ¿Crees en el amor a primera vista? Aunque no soy bellísima, ¿te has enamorado de mí? (el original aquí)
A los 9 años la lluvia lo arruinó todo. A los 18 una pésima idea. A los 22 personas que por no partirlas se les descubrió tarde el engusanamiento. A los 23 se suman cinco años de cansancio, que en realidad deberían restarse y quedar a mano, comenzando ahora la cuenta positiva de acumulación de fatigas, pero no, el cansancio de los cinco años se atascó en algún momento indeterminado y se va sumando al venidero y entonces la cuenta ya no sale bien. De cualquier forma nunca he sido buena para las cuentas.
Y no hay nada que yo quiera más que verte escapar de aquí, de este suburbio a la deriva donde se pierde a la medida, donde es más fácil olvidar y no soñar jamás.
No es nada de eso sino otra cosa, diferente, desconocida. No sólo regresan los demonios, además vienen otros nuevos y todo lo demás se queda en buenas intenciones. Aquí empieza la cuenta otra vez. A ver (o ver) 1, 2, 1, 2... a los 25 me moriré. Gracias. Adiós.
Mira, muchas estrellitas: * * * * * * * * * * * (son 11).
A los 9 años la lluvia lo arruinó todo. A los 18 una pésima idea. A los 22 personas que por no partirlas se les descubrió tarde el engusanamiento. A los 23 se suman cinco años de cansancio, que en realidad deberían restarse y quedar a mano, comenzando ahora la cuenta positiva de acumulación de fatigas, pero no, el cansancio de los cinco años se atascó en algún momento indeterminado y se va sumando al venidero y entonces la cuenta ya no sale bien. De cualquier forma nunca he sido buena para las cuentas.
Y no hay nada que yo quiera más que verte escapar de aquí, de este suburbio a la deriva donde se pierde a la medida, donde es más fácil olvidar y no soñar jamás.
No es nada de eso sino otra cosa, diferente, desconocida. No sólo regresan los demonios, además vienen otros nuevos y todo lo demás se queda en buenas intenciones. Aquí empieza la cuenta otra vez. A ver (o ver) 1, 2, 1, 2... a los 25 me moriré. Gracias. Adiós.
Mira, muchas estrellitas: * * * * * * * * * * * (son 11).




Uno de la muerte. Este recibirá atenciones especiales, lo alimentaré, cuidaré y daré todo mi cariño para que crezca rápido y cumpla conmigo las funciones que, como muerte adulta, le corresponden.



Uno de payaso, para que el que de diario me acompaña no se sienta solo. Considerada que soy con mis verdugos.


