sábado, abril 28, 2012

Me quiero morir siempre de amor momentáneo

Anoche estaba leyendo una novela, y no por hacer un anti Peña Nieto y dedicar mis horas de ocio a la lectura, sino porque tengo un trabajo maravilloso en el que lo que se hace es leer, y en algún punto me detuve a pensar que estaba bien, pero que no era El último unicornio. Pensaba que eso que ahora leía no te hacía querer morirte de amor, pensaba que qué se sentiría tener en tus manos un libro impublicado que mereciera ser defendido con picos y palos, pensaba que qué se sentiría escribir algo así, pensaba que tenía que dejar de distraerme con estos pensamientos y acabar lo que estaba haciendo.

Terminé de leer, pero necesitaba saber más de la autora para sacar el trabajo, así que la googleé. Lo primero que encontré fue una entrada a su blog que empieza así:

Do you ever finish reading a book and just want to throw it across the room and cry and never touch paper/keyboard again, because you’ll never be that good?

Y después pone un ejemplo de un libro que hizo eso con ella. Y ahí estaba: El último unicornio.

Qué bueno que existan las coincidencias. Tal vez ya nunca tendré nada, pero me conformo, me alegro, me quiero morir de amor momentáneo con que siempre me queden ellas para sentir que, en alguna parte, algo que ni me busca ni estoy buscando, me espera.


domingo, marzo 18, 2012

happythankyoumoreplease

No sé cuándo me volví una persona despreciable. Todas las personas despreciables. Todas las que yo despreciaba. Las que no ponen atención. Las que no se equivocan. Las que nunca pierden justamente. Las que son centro y, con la vista hacia adentro, jamás miran a su alrededor. Las que deberían ser recordadas aun sin hacer nada. Las que no recuerdan a nadie aunque hayan hecho todo por ellas. Perdón, perdón por todo. Perdón por ser despreciable. Perdón por haberlo sido. No lo vuelvo a ser. Y gracias. Gracias por llegar a mí. Y por permanecer. Y por todo. Gracias. Siempre.

sábado, febrero 25, 2012

"Lo peor de todo no son las horas perdidas"

"... ni el tiempo por detrás y por delante".

Lo peor es que si me dan a escoger entre todo el éxito del mundo y dormir al menos ocho horas al día todos los días de mi vida, escojo dormir.

Y soñar que triunfo, por supuesto.

viernes, febrero 10, 2012

Ni tú ni yo ni nadie que conozcamos

¿Sabes por qué Miranda July nos hace lo que nos hace?

Porque es excesiva.

Porque abusa de su talento.

Porque no tiene vergüenza.

Porque cree que ante nosotros puede hacer lo que quiera.

Y puede.

Porque cree que con nosotros puede hacer lo que quiera.

Y lo hace.

Todo. Hasta lo que no debería hacer nadie. Hasta lo que no tiene caso.

Y es hermoso.

Y da coraje.

Y duele.

miércoles, febrero 08, 2012

Enough is enough

Lo cuento poco y posiblemente ni sé bien cómo pasó en la realidad, pero sí sé bien cómo pasa en como lo cuento, cuando lo hago, que es muy a veces, poco. Total que había una vez un reportero de nota roja en el periódico, y ese reportero aguantó y aguantó y aguantó y me imagino que se dijo a sí mismo que seguiría aguantando, porque hay que hacer lo que hay que hacer, hasta que llegó su descanso y al día siguiente de eso ya no apareció en la redacción. Ni al que sigue. Ni luego. Entonces se supo que saliendo de su último día aguantando, y seguramente aún con planes de aguantar más, agarró su carro y manejó derecho, camino adelante, por una carretera y otra y otra hasta que vio que no tenía caso aguantar también eso y se internó en una institución mental. Fin. Y principio, pero por lo pronto fin.

Lo cuento poco porque quizá lo había entendido poco. Ahora lo entiendo más y posiblemente lo cuente mucho. También puede ser que no.

Lo que quiero decir es que ni soy reportero ni cubro nota roja pero uno puede acabarse, como él, siendo lo que sea y haciendo lo que se haga, incluso nadie, incluso nada. O especialmente por eso, si debo hablar por experiencia propia. Y yo todavía no me quiero acabar.

Además ni tengo carro y qué pena lanzarme en una carrera para huir del vacío y la nada en camión de tercera clase.

Aguantar para qué. A veces. Esta vez. Aguantar por cuánto y, sobre todo, para qué. Enough is enough.